Ahora estoy feliz.

Hoy me siento bien, hoy quiero expresarlo, y sin embargo no me sale nada. ¿Por qué será que las mejores metáforas, las hipérboles más exageradas, o las aliteraciones más completas solo salen cuando estoy insatisfecho o defraudado conmigo mismo?¿ Será quizás una autodefensa para sentir que al fin y al cabo no soy tan malo? Los seres humanos nos hacemos grandes con la flaqueza, queremos mostrar fuerza cuando estamos apunto de caer. Mas hoy les diré que reboso el vaso de lo feliz, que siento tus empujones hacia el Sur, el descanso, el relax. Suave y serena brisa que silva en mis oídos y hace que reaccione en mi el placer. Olores de flores y sabores de dioses. Suave y serena brisa que sacude tus pelos, sabia y mística la naturaleza que me concedió tus brazos, tus labios. Soy libre de pensar y pienso en positivo. Es extraño que alguien me dijiese que no podía y acabase sentado disfrutando del éxito ajeno. Piense en por qué hemos nacido, todos tenemos un sueño que cumplir, un juego en la vida, todos vamos tras un objetivo. No es de locos, somos libres. Por eso estiro la comisura de mis labios para alargar el gesto que se encuentra dibujado sobre mi cara, blanqueo mi  sonrisa y ando con la cabeza mirando hacia los tejados. Yo decidí ser feliz, y yo, que soy el caudillo del estado totalitario de mi propio cuerpo, nunca me llevo la contraria. Nunca.